Saludos y bienvenida

Aquí empieza mi historia diaria como Reina Guerrera, advierto a los pusilánimes y cortos de miras, a los que sufren la dolencia del puritanismo, que leerán las palabras de una mujer completa, dura y a la vez tan dulce que pica los dientes, pero también los rompe...
Luego no vengan con quejas, si quieren quédense y disfruten conmigo, nadie les obliga a leer.
Un saludo y tened mi compañía, aunque no siempre la visita a vuestros Palacios será de cortesía.
Todo lo aquí escrito es fruto de la fantasía de la autora, cualquier relación con la vida real, es pura coincidencia (¿o no?)


miércoles, 15 de julio de 2009

La Verdad

En ese instante, de la embarcación comenzó a descender una mujer de una belleza indescriptible, vestida con túnicas de seda su cabellera brillaba como la miel acariciando su cintura en cada movimiento, cuando pisó tierra firme giró y comenzó a caminar hacia mi, rápidamente decenas de guerreras ágiles como tigresas la rodearon de tal manera que solo dejaban al descubierto su rostro, se acercó a mi, me miró a los ojos y un escalofrío recorrió mi espina hasta la base de mi cráneo...Fácilmente pude notar que no eran habitantes de Epsilon, sin embargo esa imagen me era familiar...-Fuerte y valeroso Rey de Reyes, seguramente me recordarás y sabrás quien soy en cuanto revele el motivo de mi visita, os pido que me acompañes, caminemos a las afueras de la ciudad el humo me asfixia, mis súbditas y vuestros aldeanos mientras hablamos apagaran las ultimas llamas de tu ciudad...Seguí a mi invitada obligada hacia donde ella se dirigía, su andar era firme sus pasos seguros su cuerpo seguramente había sido tallado por el autor de la mismísima Venus, su perfume tenía esencias nunca antes percibidas por mortal alguno sin embargo todo en ella me era familiar pero el dolor de mi cuerpo y las heridas en mi cabeza impedían mi concentración ... sólo esperaba acudir a mi Reina para que cure mis heridas y me de tranquilidad y sabiduría para sobrellevar este trágico momento.--Aquí llegamos poderoso Zarathustra mírame a los ojos y verás la verdad ... hace varios años mis mejores guerreras lograron capturaros, cruzaron los mares y abandonaron este mundo para llevaros al mío, una vez allí tu me conociste y os hice mío, de nuestra unión fue concebido un ser divino, nuestro hijo, lo he educado como nade ha sido educado hasta hoy, su sabiduría era total, su fuerza incomparable, su habilidad en todas las artes conocidas era única, los mejores magos le transmitieron sus trucos, un ser casi divino sería el heredero de nuestros reinos, sin embargo había algo pendiente en su vida, siempre quiso conoceros y ser vuestro hijo, luchar a vuestro lado no pudo esperar el momento y tampoco pudo soportar la ansiedad. Mediante un Hechizo logró poseer un espíritu vagabundo y someterlo a sus deseos con el tiempo ese espíritu se transformó en su esclavo y lo envió a seguiros, al pertenecer al mundo de los muertos no podía atravesar los umbrales de nuestro mundo en su forma etérea por lo que debió hacerlo en la forma de un ser vivo, fue así como nuestro hijo logró que su espíritu esclavo viajara a Epsilon en una forma mortal. Una horrible cabra fue el vehículo desde el cual observaba a su padre, lo admiraba, aprendía de las anécdotas que vuestros soldados contaban, conoció a vuestra reina y a sus soldados sabía todo de ti, llegó a amarte y a admirarte, os habíais transformado en su obsesión de vida, hasta ese momento nada hacía pensar que algo malo pudiera ocurrir, sin embargo un día observó como concebíais tu y tu reina a vuestros hermosos gemelos y algo en la cordura de nuestro hijo se rompió, su locura no tardó en volverse demencia absoluta y el amor que sentía por vos en odio se transformó, gritó a los dioses e insultó a sus hijos, desafió a reyes y violó todas las leyes que antes había respetado, luego de causar las atrocidades más retorcidas que un ser puede imaginar, atravesó el portal sagrado y se dirigió con su ejercito maldito con rumbo a vuestras ciudades. Ocultos en un manto de invisibilidad se filtró en vuestras filas y mató a cada uno de vuestros fieles súbditos, degolló a vuestros soldados y a cada ciudadano que invocaba vuestra ayuda, los edificios fueron destruidos y convertidos en cenizas, nada quedó en pie, sin embargo no logró cumplir su misión no encontró a vuestros hijos y tampoco se atrevió a quitaros la vida ... es por eso que he venido a cuidaros de nuestro hijo, ahora debo dejaros fundaré mi ciudad entre tu reino y el de Madrewicca, vuestra amada, poco a poco creceré y, si me aceptáis, tendré el honor de jurar fidelidad a Hécate y buscar junto a ella a nuestro hijo...Cuando terminaba de comprender lo que me había sido revelado ya me encontraba solo rodeado de arbustos, confundido y dolorido, no podía creer lo sucedido, me dirigí al Templo de Hécate a buscar un poco de cordura y a comentar lo sucedido a mi amada Reina...

(By Claire)

Hoy es el día del encuentro con la Reina y Zarathustra, mi pecho agitado no deja de darme indicios de lo inquieta que estoy. No creo poder ganarme fácilmente su confianza, no dejarán de asociarme al dolor que les ha causado salpicarse en el lodo de sangre del pueblo y tierra de sus ciudades…
No, no me lo perdonarán.
Debo convencerlos: estoy de su lado. He llegado hasta estas tierras apenada por el comportamiento de mi amado hijo Alex, que no ha hecho otra cosa que vengar sus sentimientos más nefastos. Despiadadamente, de la manera más baja y miserable, dejó sólo ruinas del imperio de Zarathustra,


Mis doncellas han preparado mis mejores trajes de seda y me los han tratado delicadamente con esencias florales, para que escoja uno. Elegiré el blanco. Anita ha retorcido mi cabello y lo ha tomado con una guirnalda de flores.

Necesito luz, y mientras camino hacia la ventana veo esos niños jugando derrochando alegría y no puedo dejar de recordar a mi Alex, con sus rizos de sol cayendo sobre su frente, mientras correteaba a algún insecto…
Te recuerdo así, mi pequeñito con tu generosa sonrisa iluminando mis días de oscura soledad, te recuerdo así y evocarte es una espada de dolor que atraviesa mi cuerpo.

Siento cólicos de muerte en mis entrañas colándose entre mis costillas
Hijo mío, ¿dónde estás? ¿por qué te ocultas? ¿qué has hecho?
Entiendo tu ira, comprendo tu desilusión, cómo no iba a comprenderte si eres un pedacito de mi y hasta te me pareces en lo testarudo… Pero no puedes destruir un reino por eso hijo mío…ni pretender el exterminio de tu propia sangre.


Cuando solicité la entrevista para comunicar la profunda angustia por la actitud de mi niño ante la Reina y el general Zarathustra, no sospeché siquiera que iba a sentir este abrazo asfixiante de la duda…¿acaso estoy traicionando a mi propio vientre?


Y mientras seguía murmurando junto a los fríos cristales…
-Ya es hora, mi Señora- asintió la dulce Ana
-Estoy lista, salgamos ya- respondí

Durante el camino no emití sonido, sólo podía ver el rostro de Alex con esa mirada intrigante, preguntándome por su padre. Al fin y al cabo, era sólo un niño deseoso de un amor que no encontró…
Si buscamos culpables…y una lágrima rueda lentamente por mi mejilla…

-¿Se siente bien mi Señora? ¿Desea que detengamos la marcha?-
-No, Ana- respondí sin dejar lugar al diálogo

Ana es mi fiel doncella de compañía personal, conoce cada uno de mis poros y también mis miedos y miserias. Sabía que antagónicos sentimientos se enfrentaban esta tarde en mí.

Llegada al Palacio, enfrente de MadreWicca y Zarathustra apenas pude decir palabras, el silencio invadió reiteradamente el frío y oscuro lugar.
Es claramente evidente que MadreWicca no confía ni confiará en mí.
Es claramente evidente que no he podido dejar de contemplar los ojos de Zarathustra, ni un instante, una y otra vez, como aquella noche…