Saludos y bienvenida

Aquí empieza mi historia diaria como Reina Guerrera, advierto a los pusilánimes y cortos de miras, a los que sufren la dolencia del puritanismo, que leerán las palabras de una mujer completa, dura y a la vez tan dulce que pica los dientes, pero también los rompe...
Luego no vengan con quejas, si quieren quédense y disfruten conmigo, nadie les obliga a leer.
Un saludo y tened mi compañía, aunque no siempre la visita a vuestros Palacios será de cortesía.
Todo lo aquí escrito es fruto de la fantasía de la autora, cualquier relación con la vida real, es pura coincidencia (¿o no?)


jueves, 16 de abril de 2009

El Beso de Hécate

El Palacio de Parcas amaneció lleno de vida y ajetreo, se estaba preparando para la 1º reunión de los Miembros de Irae Hécate.
Somos pocos, pero elegidos entre los que cumplen los requisitos establecidos por la Diosa, Guerreros perfectos de élite que se van a consagrar plenamente a su Misterio.
Hemos recibido muchas solicitudes, pero pocos serán los admitidos.
Acondicionamos para el evento uno de los más grandes salones de Palacio.


Las cocinas también hierven en actividad, manjares dignos de reyes empiezan a surgir de sus fogones, de entrantes magnificas ensaladas con féta, aceitunas, caviar, anchoas y otras de detaramosaláta, de principal, exquisitos
casu marzu con leche de Cerdeña, tiropitta, spanakopitta, kreatopitta, como platos fuertes kotópoulo y brochetas de souvlákia, de postre queso mizithra y kaséri, dulces y pasteles de hojaldre con nueces y miel.
Todo regado con los mejores caldos blancos y rosados del Peloponeso.
Al anochecer llegan mis estimados compañeros, SamSara con su esposo XT-Latino, que por fin la ha seguido en esta aventura de iniciar una nueva Nación, poco después llega Odiseo Laertiada, el General sale a recibirle personalmente para darle la bienvenida con honores de guerrero, es el más reciente en la Alianza y debemos romper el hielo, será uno más dentro de poco....
El festín se prolonga hasta altas horas de la noche, el ambiente es distendido, hablamos de batallas ganadas y perdidas, de amigos nuevos y otros dejados en el camino, le bebida espiritual hace mella en nosotros. poco a poco el ambiente se vuelve más intimo, una gran carga de sensualidad llena el recinto impregnando a los presentes, mi esposo y Odiseo se encuentran tumbados en las gruesas alfombras custodiando a la bella SamSara, la empiezan hacer cómplices de sus preces como varones, ella se deja mimar y a mí me corre un relámpago momentáneo de celos, el General solo tiene ojos para ella...
Sumida en mis negros pensamientos observo acercarse a XT_Latino, lleva un cuenco de cerezas tan rojas como el pecado en sus manos, sus andares son de pantera, es elástico y viril, sus ojos negros como el azabache brillan de forma extraña, son ojos de brujo que te atrapan y te hipnotizan.
Se arrodilla a mi lado con esa gracia que llena todo su cuerpo.
-¿Que os pasa mi Reina? Os noto demasiado seria.-
Le sonrío y hago un gesto con la cabeza.
-Nada mi buen Latino, ya pasará...-
Él muerde entre sus inmaculados dientes una gruesa cereza y acercando su cara a la mía, me la ofrece, sus labios son perfectos y muestran una sonrisa pícara, lanzó una fugaz carcajada y me sumerjo en su mirada, sus boca es mas dulce que la misma fruta, que estalla, llenándonos de su sabor divino, mi Guerrero tiene sabia la lengua y me hace sentir su sapiencia con destreza, antes de sumergirme en la lava del deseo, miro a mi esposo, él también me observa, no se definir su gesto ya que las acciones de Latino me hacen volver a ese mundo de placer de los pocos Elegidos....
Nos estamos entregando todos a la Divina Gracia de Hécate, exclusiva para Guerreros que no temen la Muerte y saben entregarse con alma y cuerpo a todos los placeres de la vida, sacamos el máximo partido a todo, vivimos al límite, sabemos que quizás mañana cualquier enemigo acabará con nosotros, el infinito extremo es nuestro punto de partida...
Latino me ha dado el máximo placer, excelente soldado y amante, yo le devuelvo tanto como él me da, nuestros cuerpos se buscan y se encuentran, el clímax nos hace olvidar quienes somos y donde estamos, la Reina es ahora mortal y Latino su parte viva.
Impregnada aun de gozo, Odiseo se acerca a nosotros, deja a SamSara sola en manos de mi esposo, por la cara de ambos veo que su encuentro es en altura gratificante, el General es un artista pintando en el cuerpo de las mujeres, el negro resquemor de los celos vuelve a fruncir mis sienes.
Nuestro nuevo soldado me coge en sus brazos como si no pesara nada, es casi un gigante, me dedica una sonrisa cordial, su voz tiene la profundidad del trueno, sé que llegará lejos, tiene el don de la victoria en su destino.
- Aun casi no he tenido el placer de hablar en privado con vos, mi Reina. ¿Vais cómoda?-
-Nunca tuve mejor trono.- Me agarro a su cuello, pero mis manos parecen diminutas y apenas puedo rodearlo.
Me deposita con sumo cuidado dentro de una gran bañera termal que hice traer de Alejandría, ambos nos agrada sentir el agua caliente y perfumada.
-Sois muy bella, si me lo permitís...-
-Viniendo de alguien como vos, es un verdadero placer querido amigo.-
Y no le miento, para reafirmar mis palabras, las manos recorren curiosas su cuerpo, él reconoce el juego y se presta voluntariamente a las caricias, comienza a participar activamente explorando los misterios que guardo con sabiduría, es maestro en estas lides, mi primer suspiro le hace adentrarse más en su aventura.
Hago un mapa con sus piel, más me detengo asombrada, el tesoro que guarda me inquieta, retiros las manos y exclamo con gran duda:
- Mi estimado Odiseo, creo que vos sois demasiado buen Guerrero para mi.-
Me coge presto de la cintura haciéndome sentarme sobre él, el agua nos hace ser livianos, floto ligera como la brisa, pero es fuerte y me sujeta firme contra él.
-No os preocupéis mi Señora, vos dejarme hacer a mi...-
Y le dejé...
Y nací y volví a morir, me llevo a límites insospechados hasta que creí que el placer me mataría, pero revivía.
Al final, mordí mi lengua para sofocar un grito que pugnaba por salir desde lo más hondo de mi misma.
El dolor y el sabor metalizado de la sangre me hizo recuperar un estado casi de normalidad.
Miré sus ojos, el miró los míos y todo siguió con un ritmo de loca dulzura.
Ya al amanecer, mandé traer nuevos alimentos, todos andábamos agotados, pero llenos, de las batallas vividas.
Me dirigí al grupo, ya como Reina y no como amiga:
-Habéis sido iniciados en los Grandes Misterios de nuestra joven Alianza, ya estáis preparados.
Ahora a los que quieran iniciarse advertirles de lo que se les exigirá y a los enemigos... A los enemigos darles el Beso de la Muerte de Hécate.-
Así terminó la 1º reunión de los Irae Hécate.