Saludos y bienvenida

Aquí empieza mi historia diaria como Reina Guerrera, advierto a los pusilánimes y cortos de miras, a los que sufren la dolencia del puritanismo, que leerán las palabras de una mujer completa, dura y a la vez tan dulce que pica los dientes, pero también los rompe...
Luego no vengan con quejas, si quieren quédense y disfruten conmigo, nadie les obliga a leer.
Un saludo y tened mi compañía, aunque no siempre la visita a vuestros Palacios será de cortesía.
Todo lo aquí escrito es fruto de la fantasía de la autora, cualquier relación con la vida real, es pura coincidencia (¿o no?)


lunes, 16 de marzo de 2009

Arrejuntaditos los dos

Cuanto me conoce mi Señor y como sabe complacerme, supuso que tenía que estar furiosa con él por aguantar a su santa madre y no se le ha ocurrido nada más, que plantar un nuevo Palacio al ladito de los míos, ahora podrá visitarme a menudo y haremos más guerras juntos, como a mi me gusta.
Es que ser gobernantes y amantes, muchas veces resulta incompatible en el espacio/tiempo.

Mirar que guapos quedamos los dos a la verita

Me asomo al salón de las Horas Muertas y mi Real Suegra sigue en los brazos de Morfeo, aprovecho para salir a dar unos cuantos palos más, esta vez a un inactivo que habita en mis dominios, me da casi pena saquearlo, pero la vida está muy cara con la crisis...
No esta mal el botín, sin poner bloqueo y con 5 hoplitas muy leales, compañeros de parranda

Hemos llegado demasiado pronto y la cosa no me supo a mucho, vamos a por otro rival más grandecito y que me dé trabajo, tengo madera y azufre bastante para tapar las tropas que caigan,,,¡¡Hay vamos!! ¡¡Marchaaaaaaaaaaaaaaaaa!!
Este último estuvo genial ¡¡siete rondas!!
Son de las batallas por las que merece estar en Ikariam, al final salí vencedora y se la dedico a todas las mujeres peleonas de Epsilon :)



Otra noche que voy a pasar solita =(
Mis compañeros de lecho andan en guerras por el mundo, hay... que poco dura lo bueno.

Comidas, ataques y saqueos

Si me hubiera callado, estaría más guapa :)
Había olvidado que tenia en mis dominios a mi Real Suegra, la inmensurable y perfecta manera de estropearme totalmente el día....
Si antes me dolía la cabeza, ahora me estalla, he tenido que soportar cuatro horas de insulsa charla, manoseos, besuqueos y estrujones de esta señora del tamaño de un luchador de Sumo, con esa vocecilla que tiene de pequinés histérico, he tenido que aguantar los interminables "Mi hijo estaaaaaaaaaaa mucho más delgado? ¿Es que no le dais de comer? Parece muy desmejorado, le hacéis trabajar demasiadoooooooo.
Siempre arrastrando las sílabas, como si perdiera aire por el trasero...
¡¡Dioses!! ¡¡Y como come la buena mujer!! Se a tragado, una sopa de lengua de gorrión, un cochinillo asado con manzanas de la Hespérides, dulces variados de mis colonias en Turquía, todo bien regado con una buena cantara de vino dulce, después se dejó caer, fingiendo un vahído, sobre el kliné y poniéndose a roncar como un marrano de las islas Circe. Esta sola visión me hace plantearme seriamente mi relación de pareja con mi General.
Aprovechando que mi "adorada" suegra reposaba de tan opíparo almuerzo, decido salir a dar otros palos por esas tierras circundantes, está vez vamos cerquita, ando algo cansada y no tengo ganas de mucho viaje, veamos que hacemos...


Por lo menos me dará para pagar lo que se coma la Señora Madre de mi Señor Esposo =(

Guerreando para nada

Hoy el sol está en plan vengador, es una pena que no halla nada para aliviar sus torturas en mis ojos, me duele la cabeza y el estómago parece de un enemigo, tremenda resaca la que llevo... Pero mereció la pena, no sé que demonios haría en las tabernas anoche, pero conseguí reclutar a un motón de infantes de marina de 1º, así que hoy voy a por un peladín por lo de ayer...
Tras conseguir echar de mis aposentos a golpe de látigo a cinco curtidos marineros de cuerpos desnudos e impresionantes y una maldita cabra loca que se estaba comiendo las sábanas de seda del lecho, pasé a mis termas privadas para intentar aliviar el malestar y asearme de tan agitada noche.
Una hora después, reconfortada por los baños, saunas y masajes de mis esclavos nubios, volví a reunir las tropas a pie de puerto, revisé las nuevas de marina y salimos en busca de un enemigo a nuestra altura (el feo contramaestre me seguía evitando).
No fue larga la espera, me fijé en un reino cercano con bastantes puntos en generales, ciudad nivel 20, uhmmmm... Interesante... ¡¡Vamos a por ellos muchachos!!
Cuarenta y cinco minutos tardamos en llegar y dos segundos en darme cuenta que mi contrario se había ido con la música a otra parte y su grueso de ejercito también.
En resumen, entré cono un cuchillo caliente en mantequilla, maté, saqueé, pero no tubo tanta gracia, fui misericordiosa con los cuatro hombrecillos que habían dejado y me llevé lo justo para cubrir gastos, dejo pantallazo de las míseras tropas que encontré y del botín obtenido :(



Vuelvo a casa casi sin dolor de cabeza ya, pero decepcionada y muy cabreada, espero que trascurra mejor el día....

Deserciones y resacas

Ni guerra, ni sangre, ni zarandajas, la batalla se ha ido al garete...
Mis tropas se hallaban formadas, elegidas como siempre cuidadosamente, cuando el contramaestre de mis flotas vino temblando ante mi, con la cabeza gacha en señal sumisa y voz temblorosa me espeto:
-Mi Señora, mi poderosa Reina... Tenemos un pequeño problema con los navíos de guerra.
Hay valla por todos Los Dioses, me dije para mi misma y ahora ¿qué...?
Al ver que levantaba las cejas en gesto de espera siguió con la voz como un lamento:
- Siento tener que decirla que no tenemos bastantes marinos para poder frotarlos y menos llevarlos a combate...
-¿Y que demonios a pasado Señor contramaestre? ¿Un motín?, no creo, están bien pagados y alimentados..
-Peor mi Señora, se han dejado seducir por el encanto y el glamour de la fama efímera.
- No entiendo lo que me queréis decir...
- Hay mi Reina, pasó el otro día por aquí Jean Paul Gaultier, se fijó en lo bien vestidos que iban con los ropajes que su Alteza tubo a bien hacerles, se los llevó con promesas de fama y gloria en París de la Frans, ya sabe usted que su debilidad son los marineros...
Y salió huyendo temiendo mi conocida ira, mientras meneaba su trasero comido por la sal de tantos años en el mar, era contrahecho, feo y maloliente, seguro que había suplicado de rodillas a Jean Paul que lo llevara con el.
Dí a las tropas el día libre y me dirigí a las tabernas del puerto a reclutar nueva plantilla marinera.
A partir de hay no recuerdo bien casi nada, soy una gran bebedora, pero el ron añejo que sirven en esos tugurios de mala muerte me tumba en nada.
Solo logro traslucir en mi memoria enturbiada, varios robustos y atractivos marineros, una mesa llena de roña donde bailaba jaleada por la chusma y una cabra que me miraba con ojos tiernos.
Que dolor de cabeza....